viernes, 27 de mayo de 2011

Las Tendencias en Política Educativa en México y en el mundo.

Jorge L. Gómez
Introducción.
En la actualidad,  pensando sobre todo en México, el sistema educativo se encuentra en un proceso de transformación y rediseño con la finalidad de reinventarla de manera que responda a los retos que impone las tendencias mundiales asociadas a la denominada sociedad del conocimiento. Finalmente, la educación ha cumplido a lo largo de la historia un papel relevante en la construcción del proyecto de nación (en la etapa histórica de construcción del Estado-Nación), estableciéndose de esa manera políticas públicas que configuraron los distintos elementos que componen el sistema educativo.
Es en este sentido Gómez plantea el contenido de la educación en cuanto sostiene que
“… En cada sociedad este conjunto [de saberes, procesos pedagógicos y formas institucionales que constituyen el proceso de enseñanza-aprendizaje] es definido y especificado en función de las prioridades políticas, económicas, culturales, sociales, etc. que prevalezcan. Estas prioridades (en tanto formas de expresión de las relaciones de poder) son las que otorgan legitimidad, validez y deseabilidad a unos saberes sobre otros, y a determinado tipo o nivel de educación y de procesos y prácticas pedagógicas sobre otras opciones posibles (Apple, 1987). Estas prioridades se expresan a lo largo de todo el proceso educativo, definiendo y jerarquizando las diversas opciones curriculares, pedagógicas e institucionales…” (Gómez, 1996, 3)

En la actualidad, asistimos al movimiento de modernización de la educación que evidentemente responde de igual forma a las prioridades políticas, económicas, culturales y sociales prevalecientes; la modernización de la educación no puede darse en el “vacio” o no podemos quedarnos en el consumo superficial o unilateral del discurso humanizante vinculado al paradigma del desarrollo humano, aunque por cierto, tampoco lo excluye, sino que forma parte del mismo sentido que se le atribuye a la educación.

De esa manera, el escrito que se presenta tiene como objetivo articular los planteamientos y reflexiones que cuatro autores (con enfoques ligeramente diferenciados) cuyos artículos abordan temáticas esenciales que  se encuentran en el centro de los debates y preocupaciones, cuando menos en México, por remodelar el sistema educativo mexicano, que presenta serias deficiencias  a decir de los especialistas y en ocasiones expresadas por sus propios actores. Las temáticas se centran en la gestión escolar y sus obstáculos derivados de las relaciones de poder en las que se enmarcan, por otro lado se encuentra la discusión de transformar las Universidades tradicionales (particularmente la que tiene como cometido la formación de formadores) a Universidades de Conocimiento, giro que impactará definitivamente en la formación integral del docente al dejar de ser consumidor de información y convertirse en productor, además de que tal transformación impactaría necesariamente en el diseño de la currícula de manera que esta se torna más dinámica, creativa e sobre todo integral en el momento que busca comprender la realidad de naturaleza compleja (con lo que nos ubicamos en el campo de la epistemología) y por consiguiente alcanza la comprensión que los procesos de conocimiento son interdisciplinarios y transdiciplinarios, tal y como lo plantea Morin.

En este ejercicio de reflexión de la educación, cuando menos en cuatro de los temas que la componen, es conveniente tener un punto de partida, en este caso se hace mediante la revisión del trabajo de Fernández Unguita quien aborda el tema de la dirección de los centros escolares y de las condiciones en las que se debe de realizar, claro con la salvedad que la investigación se realizó en la sociedad española, aunque obviamente, el tema es esencial y no tan difícil de comprender la configuración que adquieren las relaciones establecidas en los centros escolares públicos de México.

1.- Sobre las relaciones entre la Dirección de los centros escolares, el cuerpo docente y las autoridades superiores.
Ubicándonos en la cotidianidad del quehacer educativo y de la adecuada marcha de los procesos enseñanza y de aprendizaje es innegable reconocer que las instancias directivas de los centros escolares cumple un papel fundamental. Pero, para continuar en la comprensión y explicación de los eventos vinculados con el proceso educativo es conveniente ubicar el análisis en el campo de las relaciones de poder en las que necesariamente se inscribe la relación del cuerpo docente, y aún de servicios con la dirección. Estas relaciones son un campo de negociaciones, de tensiones y en ocasiones de enfrentamiento habida cuenta de la configuración particular que adquieren las relaciones mencionadas.

La investigación realizada en la realidad española nos sugiere distintas áreas en las que hay que focalizar el análisis, que se debe ubicar en el campo de la política, en tanto se relaciona con aspectos del poder  concebimos que esta relación social se encuentra presente en los distintos ámbitos de la vida social.

Fernández Unguita considera que los ejes de análisis de las condiciones en las que lleva a cabo la dirección de los centros escolares son.
·         La condiciones de legitimidad en las que ocurre la investidura de los directivos.
·         Los estilos de dirección que utilizan los directivos al interior de los centros escolares.
·         Las condiciones de fuerza que presentan los cuerpos docentes, y se agregaría, el resto del personal de dichos centros.
·         La precepción que el cuerpo docente tiene de los directores.
·         Y finalmente, la presencia de las autoridades superiores y su injerencia en este campo de correlación de fuerzas. ( ver Fernández Enguita, s/f)
En el caso de México, considerando únicamente el nivel educativo de Primaria, los directores son investidos por las autoridades superiores, aunque estos puestos por lo general traen tras de sí la sombra de los favores y relaciones clientelares del Sindicato-autoridad. Por otro lado los docentes, de igual manera cobijados por el sindicato, por lo general han creado verdaderos cotos de poder al interior de los centros escolares a los que se encuentran adscritos, en donde han creado intereses que tienen que ver con el relajamiento de los deberes laborales que repercuten necesariamente con la oferta educativa o la calidad de la educación, y en algunos casos hasta con intereses económicos.
Es en este ambiente en el que se inscribe la actividad de dirección de la autoridad que por lo general tiende a adoptar un estilo de de dirección condescendiente con la intensión de no crearse problemas. De esta manera, el director tiende a subordinarse a los grupos de poder docentes. En este caso, a decir de Fernández, la jerarquía organizativa y autonomía profesional se diluye y se instaura una verdadera dictadura docente que no siempre se encuentra dirigida a la búsqueda de la calidad educativa.

Formación de docentes y las Universidades de conocimiento.
Entre la comunidad educativa es ya cosa de uso cotidiano el sostener e identificar que el sistema educativo (de manera más intensa a partir de la eclosión de la RIEB) se encuentra experimentando profundos cambios una vez que se le vincula con las grandes transformaciones, que en ocasiones toman la forma de meras intuiciones o percepciones más que conocimientos sólidamente fundamentados, que se experimentan a nivel planetario en los distintos campos del quehacer humano. Uno de los primeros logros  que al parecer se han alcanzado es el reconocimiento de que la educación debe de transformarse. Ahora bien, lo que la comunidad docente al parecer no ha identificado ni reconocido es que los cambios en el sistema educativo no únicamente se restringen al campo de los programas sino que de igual forma se relaciona con los procesos de formación docente, aspecto que a su vez se encuentra vinculado  con las universidades formadoras de formadores.
En esta temática se pueden establecer la interrelación de cuando menos tres grandes líneas de reflexión-

Que los docentes deben de transitar de una situación de consumidores de conocimiento a productores de conocimiento, es decir: a investigadores, bajo el entendido que este giro sitúa al docente en el centro de la producción de conocimiento y repercutirá en la formación teórica-metodológica con la correspondiente necesidad de innovar en los procedimientos de enseñanza y aprendizaje.

El que le docente se forme como productor de conocimiento lo acercará a la comprensión de que la realidad es compleja y por consiguiente, identificará que el abordar su conocimiento debe superar la visión fragmentaria en la que se enseña la ciencia, dejará de ver la realidad como un conjunto de parcelas, en ocasiones pensadas como sin relación mutua, y de esa manera se comprenderá que la forma de abordar es desde una perspectiva interdisciplinaria y en ocasiones transdiciplinaria, tal y como lo palntea Gómez (2006)
Es decir, comprenderá que el saber educativo es “…es de carácter eminentemente interdisciplinario, busca la articulación creativa  entre las ciencias sociales, humanas, exactas y naturales…” (Gómez, 2006). De igual forma, bajo la orientación que se comenta el docente reconocerá que el El saber educativo no es de índole especulativa y abstracta, sino directamente relacionado con la acción o intervención sobre las diversas dimensiones del fenómeno educativo en la sociedad.
El autor citado informa que “…El saber educativo [en tanto] es un saber complejo, [y] de carácter interdisciplinario [debe ser] continuamente recreado, re-contextualizado, pues se refiere a múltiples dimensiones, ya sean culturales, sociales, políticas, económicas, filosóficas del “proceso” y “sistema” de socialización…”
En las nuevas condiciones sociales y económicas y atendiendo a una nueva concepción de los avances de la humanidad los fundamentos filosóficos, humanistas y pedagógicos se trastocan y, de acuerdo al Gómez la preguntas curriculares básicas se vuelven a plantear ¿qué enseñar? ¿cómo enseñar? Y ¿a quiénes enseñar?

Las nuevas tendencias en la educación entonces plantea de igual modo la pregunta de con que tipo de docentes se necesita contar para echar a andar estas nuevas orientaciones en la educación; y es en este punto en las instituciones de formación de formadores o si se desea, las universidades de ciencia toman relevancia.
El autor comentado nos informa que “…Esta función  debe definir el perfil académico de los miembros de las facultades de educación, lo que implica la conformación de un nuevo grupo interdisciplinario de investigadores en lugar de docentes tradicionales. Por investigador entenderemos una persona  con formación disciplinaria sólida, perteneciente orgánicamente a una comunidad nacional e internacional, cuya vocación está orientada  hacia nuevos conocimientos sobre su área de especialidad…”

Finalizamos este apartado citando las características de las nuevas acciones educativas que se vislumbran ante la nueva realidad educativa:
La generación de un nuevo esquema de investigación interdisciplinaria en educación y de formación  y cualificación de docentes.

  1. Dado el carácter interdisciplinario del saber educativo, la identificación  de las estrategias y políticas de solución de las principales necesidades educativas dependerá  de la articulación creativa  de diversas áreas del saber, lo que solo es posible en las Universidades de Ciencias.
  2. Cuando la investigación educativa interdisciplinaria logre consolidar un conocimiento significativo de índole conceptual y práctico, sobre determinadas temáticas, en esa medida podrá ofrecer programas alternativos de formación tanto de investigadores como de docentes.
  3.  Estas nuevas ofertas de formación contribuirán al objetivo de ofrecer una educación universitaria de calidad para todos los docentes de todos los niveles y modalidades educativas.

Políticas tecnológicas en un escenario de gestión del conocimiento en educación.
El ensayo de Giovanni Gutiérrez Vargas y de Juan Carlos Orozco Cruz nos advierte de las concepciones limitadas en relación a la presencia de nuevas tecnologías en la educación, las que le atribuyen a estas tecnologías ciertas tendencias instrumentales, relegando o disminuyendo la apreciación más profunda acerca del impacto que dichas tecnologías generan en la  producción de conocimiento en la escuela y como ejes que pueden acabar con el mito según el cual la industrialización a ultranza permite alcanzar bienestar, reducir las desigualdades sociales y hace que las personas sean más felices.

Una de las primeras advertencias que nos propone el autor es que no necesariamente la cultura tecnológica se resuelve a través de la dotación y el acceso a aparatos computacionales y redes o si, por el contrario, se requiere de la comprensión y reflexión sobre la mejor forma de incorporación de tecnologías en las instituciones de la sociedad y, particularmente, meditando en qué medida es posible, a través de aquéllas, suplir las necesidades de la institución escolar.(Gutiérrez, ), es decir, no es la dotación mecánica de tecnologías de información con la que se puede contribuir al mejoramiento de los sistemas educativos, sino antes se debe de contemplar las transformaciones en diversos ámbitos del quehacer educativo.

Y en torno a esta temática se incluye la discusión, en ocasiones densa, de la noción de virtualidad y su relación con los textos digitales y conocimientos presentados en este formato. Por virtualidad se entiende “…en términos de Lévy (1999) como un conjunto problemático, un entramado de tendencias, acontecimientos, fuerzas, objetos o entidades las cuales buscan una forma de resolución, es decir una forma de ser que favorezca los procesos de creación.

A manera de conclusión
Después de hacer el recorrido de los planteamientos de los cuatro autores comentados se puede decir que efectivamente las transformaciones en el sistema educativo de manera que se encuentre en correspondencia con la sociedad del conocimiento es conveniente considerar diversos ámbitos de la misma: por ejemplo, en este caso se pasó revista la condiciones en las que las autoridades directivas realizan su labor administrativa y pedagógicas en el espacio de los centros educativos, la cual se desarrolla en condiciones políticas no muy optimas.
Por otro lado se abordó la cuestión de la transformación y reorientación de las características que el nuevo sistema educativo requiere, así como de las innovaciones que deben ocurrir a nivel curricular y de la misma práctica docente, la que finalmente se encuentra asociado a la introducción y presencia de tecnologías avanzadas en el proceso educativo.
Estamos pues, frente a una profunda revolución en los procesos educativos y ante retos formidables para poder transitar a una educación interdisciplinaria que atienda a una realidad compleja.



Bibliografía comentada.
Gómez Víctor, Manuel. UNIVERSIDADES DE CIENCIAS, INVESTIGACIÓN EDUCATIVA Y FORMACIÓN DE DOCENTES. CONDICIONES ACADÉMICAS PARA LA CONSTRUCCIÓN INTERDISCIPLINARIA DEL SABER EDUCATIVO, Perfiles Educativos, enero-marzo, número 71 Universidad Nacional Autónoma de México, México D. F., 1996


Gutiérrez Vargas, Giovanni / Juan Carlos Orozco Cruz. POLÍTICAS TECNOLÓGICAS EN UN ESCENARIO DE GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO EN EDUCACIÓN, Revista Iberoamericana de Educación, número 045 Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura Madrid, España, pp. 71-88.


 Gimeno Sacristán, J. POLÍTICAS Y PRÁCTICAS CULTURALES EN LAS eSCUELAS: LOS ABISMOS DE LA ETAPA POSTMODERNA. Departamento de Didáctica y Organización Escolar. Universidad de Valencia. 1999.


Mariano Fernández, Enguita. Dirigir, en España, es morir. Resistencias corporativas y estilos de dirección en los centros docentes