miércoles, 15 de junio de 2011

RESUMEN DE LA LECTURA DE INÉS DUSSEL, “APRENDER Y ENSEÑAR EN LA CULTURA DIGITAL, VI Foro Latinoamericano de Educación; Educación y nuevas tecnologías: Los desafíos pedagógicos ante el mundo digital / Inés Dussel y Luis Alberto Quevedo. - 1a ed. - Buenos Aires : Santillana, 2010

A continuación presento un breve resumen de la lectura de Inés Dussel denominado Aprender y Enseñar en la cultura digital, de la Fundación Santillana y que a lo largo de los cuatro capítulos que componen la obra, la autora, discute y reflexiona en torno al impacto que las nuevas tecnologías tienen en el campo del proceso de enseñanza y de aprendizaje en el aula, de las transformaciones de competencias en los profesores y de las nuevas formas de producir conocimiento, suponiendo que efectivamente la presencia de nuevas tecnologías digitales en el aula necesariamente inciden en los modelos de enseñanza que hasta hace poco prevalecía.
El documento da respuesta a interrogantes que de inmediato se hace el lector no avezado en el tema o que se acerca por primera vez a las discusiones en torno a la presencia, al parecer irreversible, de artefactos digitales en las aulas o en general, en los procesos de enseñanza. Como se verá más adelante, lo que se sospechaba la autora lo confirma, la presencia de las llamadas TIC’s en la educación no se relaciona únicamente con el uso de las bondades más inmediatas de tales recurso sino que sus implicaciones se deben buscar ámbitos más profundos, tales como: lo pedagógico, lo epistemológico, la práctica docente y por consiguiente en el campo curricular en la medida que trastoca el modelo educativo que al menos en México guía la práctica educativa. Por tal razón, nos informa la autora, el objetivo más general del texto referido reflexionar “… en los desafíos pedagógicos de la enseñanza y el aprendizaje en las aulas, y poder dar cuenta de las percepciones y acciones de los maestros y profesores con las nuevas tecnologías en el cotidiano escolar…”
A continuación se abordarán cada uno de los contenidos que los capítulos que integran la obra exponen.

I.- Debates sobre los cambios en las formas de enseñar y aprender con nuevas tecnologías.

La autora reconoce de entrada dos concepciones y actitudes hacia la presencia de las nuevas tecnologías, a saber:

Para algunos educadores, los medios digitales proporcionan más y mejores recursos para la enseñanza y permiten un mayor control de la acción de los alumnos, sobre todo si están en línea y con programas que permiten hacer un seguimiento pormenorizado.

Para ellos, se trata de hacer algo similar a las operaciones que se hacen con los libros, cuadernos y carpetas; en palabras de Jesús Martín-Barbero, “el computador se sigue usando como una ‘máquina de escribir’, por lo cual la máquina (artefacto) se incorpora pero no la racionalidad tecnológica que le es propia
Otros educadores señalan, por el contrario, que estamos ante una innovación de gran envergadura en las formas de producir y circular los conocimientos.

…es, antes que nada, una reestructuración de lo que entendemos por conocimiento, de las fuentes y los criterios de verdad, y de los sujetos autorizados y reconocidos como productores de conocimiento.

Y esa reestructuración no puede dejar incólume a la escuela, porque es una institución basada en otro tipo de organización del saber, jerárquica y centralizada.


De esta manera arribamos al tema central de este apartado. El de dilucidar y comprender cuales son esas “nuevas formas de producir y circular los conocimientos”, de las fuentes y criterios de verdad y de las transformaciones que ocurren en el modelo de aula construido históricamente.
Para abordar esta discusión la autora propone que se parta de tres aspectos:

la organización pedagógica del aula,
la noción de cultura y conocimiento
formas de producción del conocimiento o “sistemas de autoría” en la generación de saberes


A) Cambios en la organización pedagógica del aula.
La presencia de las TIC’s en el aula genera cambios profundos. La argumentación presentada parte de una pregunta básica que por lo general los actores de la educación pasan por alto o se percibe como un hecho dado y por consiguiente invisibilizado: ¿Qué es el aula?
La respuesta que da la autora de inmediato nos coloca en otra situación de apreciación, no es solamente un espacio en el que se reúnen maestros y estudiante para protagonizar un hecho educativo, sino que se le entiende como “una estructura material y una estructura de comunicación entre sujetos” (Dussel y Caruso, 1999:31)
Por consiguiente es necesario reflexionar acerca de la dimensión comunicativa que su estructura soporta.

Características de comunicación que propicia el aula.
“La estructura de comunicación tiene que ver con las relaciones de autoridad y la circulación de la palabra entre los sujetos, con relaciones de saber y de poder ya definidas antes de que los maestros y los alumnos entren por sus puertas.”

Los procesos educativos y el aula en la actualidad.
Obviando el proceso histórico de formación del aula[1], retomamos lo que actualmente es el aula en la escuela, la autora caracteriza la forma en la que ocurre el hecho educativo éste ocurre a partir de una “…pedagogía simultánea y la organización de grupos homogéneos en edad terminó de configurar lo que hoy conocemos como un aula: un grupo de escolares que aprenden todos al mismo tiempo las mismas cosas, y que atienden a un maestro adulto que plantea un programa unificado y central que organiza al conjunto”.  Adelantamos que esta delimitación es importante para entender los cambios que la tecnología digital provoca en este espacio.

Efectivamente, la presencia de artefactos digitales en manos de los alumnos al interior de las aulas, dice el autor “…suponen una redefinición del aula como espacio pedagógico. Es difícil sostener la enseñanza frontal, simultánea y homogénea, en un contexto de tecnologías que proponen una fragmentación de la atención y recorridos más individualizados según el usuario.”
En este sentido se entiende entonces que el aula y el modelo pedagógico que le acompaña sufre de “… un quiebre con la secuencia y linealidad que imponía el orden de la clase simultánea, basada en materiales impresos como el libro de texto, y una apertura a otro tipo de organización más personalizada…”. Entonces la pregunta que salta es ¿y qué característica le confiere al proceso educativo las TIC’s?


Se informa que “…La navegación hipertextual a través del WWW es una experiencia distinta para cada uno de los alumnos implicados por lo que, en la misma aula, no se producirá un ritmo y secuencia de aprendizaje homogénea y unívoca para todos.”, por lo que la práctica docente debe responder a estas modificaciones, es decir: “…exige al docente el desarrollo de una metodología más flexible y una atención individualizada a cada alumno o grupo de trabajo.” (Area Moreira, 2001:4). Se habla de la “fractura de esta forma de organizar la enseñanza basada en la simultaneidad y la homogeneidad” (18)

Otro de los rasgos derivados del uso de las TIC’s en el aula es la cuestión de la presencia de nuevas fronteras entre lo escolar y lo no escolar. Al respecto en el texto se menciona que esta nueva situación se “…Se define por los límites del espacio y el tiempo de la escuela, y es cada vez más difícil de balizar. Hay que poner en evidencia que hay mucho de “no-escuela” en el horario escolar.

Entonces podemos decir que como consecuencia de las nuevas tecnologías, el espacio del aula se está redefiniendo tanto en su estructura material como en sus formas de interacción; ya no hay un solo eje de interacción controlado por el profesor, sino una comunicación múltiple, que exige mucha más atención y capacidad de respuesta inmediata a diversos interlocutores.

ORGANIZACIÓN PEDAGÓGICA DEL AULA Y AGRUPAMIENTO SOCIAL QUE PROMUEVE.
Otro aspecto en el cual se evidencia un conflicto en la organización pedagógica del aula es en el tipo de agrupamiento social que promueven los nuevos medios digitales, sobre todo a partir de las redes sociales, en particular con lo que se denomina espacios de afinidad.

Efectos educativos de los videojuegos: no son necesariamente “pares
1.      ESPACIOS DE AFINIDAD.
·         Los espacios de afinidad que se organizan a partir de las nuevas tecnologías tienen en común una tarea, y no se definen prioritariamente por edad o por género o sector social, como puede suceder con los grupos escolares.
·         Son espacios de participación o membrecía voluntaria, con límites más flexibles que permiten entrar y salir con agilidad, redes sociotécnicas en las que se pueden explorar temas de interés e ir adquiriendo competencias y desempeños avanzados (Squire, 2011).
·         El espacio de afinidad permite formas y rutas de participación distintas, que pueden ser centrales o periféricas a la tarea; no hay una sola vía o un texto central que organiza a todos de la misma manera.
·         se diferencian por su flexibilidad en el tipo de conocimientos que ponen en juego; el espacio de afinidad reconoce y valora el conocimiento tácito, esto es, un tipo de conocimiento que los jugadores han construido en la tarea, pero que no pueden explicar por entero con sus palabras.
·         el conocimiento tácito es poco valorado, solo tiene reconocimiento si es explícito y fundamentado en los términos en los que lo requiere el código escolar
·         el liderazgo en estos espacios es poroso y es entendido como un recurso para que otros se desarrollen; por eso no promueve jerarquías rígidas e inmutables. Las posiciones pueden ser intercambiables, y quien hoy es experto, mañana puede ser novato

entonces hay otro aspecto que en lo mediato puede llegar a cuestionar la organización de los espacios y la agrupación de los estudiante en cuanto que las nuevas redes sociales pueden presionar para reunir a sujetos con los mismos interés. Aunque la autora más adelante no se muestra cautelosa ante la posibilidad de “ceder” a todas las presiones que las nuevas tecnologías demandan, valorando aún el papel regulador de la escuela en cuanto a la sistematización del conocimiento.

b) Cambios en la noción de cultura y de conocimiento
La escuela es una institución de transmisión cultural organizada en cierto momento histórico –la modernidad de fines del siglo xviii y xix– en torno a una idea de cultura pública y con el predominio del pensamiento racional, reflexivo y argumentativo.
 Se estructuró en base a marcos de conocimiento disciplinados, representados sobre todo por la ciencia moderna, pero también por las lenguas, la historia y el pensamiento lógicomatemático, que tenía una jerarquía superior al saber popular y que estaba centralizado, es decir, decidido por autoridades centrales.(22)
Se basó sobre todo en la cultura impresa, con un eje definido en la escritura a la que se consideraba el indicador del pensamiento intelectual más sofisticado…
Este conocimiento fue seleccionado con horizontes más largos que la coyuntura inmediata, y estuvo legitimado por su contribución a la producción de una cultura pública nacional y en muchos casos cosmopolita, en la que todos los ciudadanos, ricos o pobres, nativos o inmigrantes, hombres o mujeres, pudieran entenderse con un lenguaje común y con referencias culturales compartidas.

LO QUE OFRECEN LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS.
1.      muchas de las nuevas tecnologías de la comunicación se estructuran a partir del usuario y prometen acomodarse a los gustos del cliente a partir de su empatía emocional, con horizontes de plazos cortos y renovables…

2.      Proveen un acceso descentralizado a una enorme cantidad de información que se organiza con criterios distintos a los tradicionales (Ito, 2010; Stiegler, 2009).

3.      La noción de verdad importa menos que la popularidad o la intensidad de la experiencia emocional que se propone

4.      Prometen una gratificación inmediata, accesibilidad completa y horizontalidad en las relaciones2, aun cuando sigan organizadas por jerarquías no tan visibles como las que estructuran los buscadores
5.      Otro elemento en el que se diferencian de la noción de conocimiento escolar es que son básicamente multimodales, que combinan textos, imágenes y sonidos de maneras muy novedosas (Kress, 2005). Son “amigables para el usuario”: la interfaz se piensa y se perfecciona continuamente para que no sea necesario tener grandes conocimientos técnicos y para que podamos movernos autónomamente…

La idea de una cultura modelada por “los usuarios”, que circula a través de redes que son muy difíciles de controlar, censurar o recortar, sin duda desafía el modo de definir el conocimiento valioso en la escuela, y abre un debate sobre su carácter más o menos democrático respecto a la jerarquización y centralización del saber escolar, que fue criticado por excluyente y reproductor de las desigualdades sociales y culturales ya desde los años 70 (cf. Bourdieu y Passeron, 1977).


EL PAPEL DE LA ESCUELA EN MEDIO DE LAS TRANSFORMACIONES Y PRÁCTICAS NO REGULADAS DE LA INTERNET.

Por otro lado, también es importante que la escuela retome su función de transmisión y archivo de la cultura, ya no entendido de forma rígida, pero sí pensando en un plazo más largo y en una cultura que vaya más allá de los gustos e intereses individuales.




c) Cambios en la forma de producción de los conocimientos: los nuevos sistemas de autoría.

Este apartado es interesante en cuanto se ocupa de las nuevas formas de producción de conocimiento y de su circulación. Esto es, en tanto “…las tecnologías digitales permiten un tipo de producción del conocimiento que se distingue de lo anterior por algunas características particulares: integran modos de autoría distintos (audio, video, texto) y permiten exhibir el trabajo en distintos soportes y plataformas, para distintas audiencias”.

Las tecnologías digitales también “…permiten de manera muy rápida y económica una autoría colectiva, no solo por la escritura con otros, sino por la posibilidad de retomar y reescribir muy fácilmente textos o sonidos producidos por otros…puede señalarse que hoy la producción colectiva y la cultura participativa vuelven más difusos, cuando no decir que minan por completo, las autorías individuales”.

Puede encontrarse un ejemplo claro de esto en la Wikipedia, que se enmarca en lo que algunos autores llaman “cultura participativa”, donde los consumidores son convocados a participar activamente en la producción y difusión de nuevos contenidos
Para concluir este primer capítulo, la autora nos dice que el análisis de las tres dimensiones centrales como “…son la organización del aula, la idea de cultura y conocimiento, y la forma de producir y ser autores de los saberes, es que se trata de cambios fundamentales y que no se resuelven con medidas cosméticas en las aulas. Son transformaciones que desafían la manera en que organizamos la transmisión y en que pensamos a los sujetos que están en las escuelas.”



Usos de las nuevas tecnologías en las aulas: experiencias y alternativas.

En este apartado deseo hacer algunas anotaciones breves suscitadas a raíz de la lectura y del conocimiento que se tiene del uso de los medios digitales en educación superior.

Parto de algunas de las demandas que algunos alumnos realizan cuando demandan mayores imágenes y películas en ocasiones según ellos, para que las clases no sean aburridas.
Retomo la reflexión que realiza Dussel en el sentido de que se debe de analizar la construcción perceptual que tienen algunos alumnos en cuanto a considerar que lo “divertido” es la imagen o las películas rehuyendo en ocasiones al trabajo intelectual que moviliza todos los recursos cognitivos: lógicos-argumentativos, conceptual y de visión teórica global y con la necesidad de construir o elaborar un discurso que tiene que expresar o comunicar mediante el recurso de la escritura, por lo general este tipo de alumno, a mi parecer, tiende a buscar estas alternativas en la medida que se siente inseguro e incompetente con el lenguaje escrito, lo que acusa en todo caso un nivel formativo endeble.

No estoy seguro si las imagénes y la presencia de las nuevas tecnologías han llegado para sustituir la comunicación escrita, que no lo creo; en todo caso no se estará formando a individuos con un nivel competitivo frágil, incapaz para realizar actividades reflexivas, críticas mucho más elevadas en términos intelectuales.
La cuestión es cómo vincular y articular los beneficios que proporcionan las muevas tecnologías con la formación teórica, lógica y procedimental de las nuevas generaciones.

Las críticas y advertencias que presenta Dussel en relación a recursos como el power point, a mi parecer se encuentran asociados o emparentadas con niveles de formación del alumno, quien sin el recurso referido o los que les ofrezca las TIC’s tiende a reproducir el abordaje de los textos de manera simplista, por ejemplo el famoso “cortar y pegar” es el equivalente al “copiar y escribir” o en el Power que se tiende a utilizarlo como “karoeke” (al decir de una investigadora), es decir, utilizar el recurso para hacer presentaciones insulsas y faltas de contenido; porque en ellas se combinan varias de las acciones no gratas a las que recurren los estudiantes menos dedicados: copiar, cortar, uso de información de fuentes no seguras, y el “karoeke”.

El tema es complejo, pero lo que se puede decir sin temor al error es que el recurso por sí sólo no soluciona problemas de índole pedagógica, de profundidad del conocimiento, de apropiación por parte del estudiante de los modelos lógicos de construcción de conocimientos y de explicación y comprensión de las realidades. Es como pretender que una cámara fotográfica de punta digital resolviera por sólo este hecho la obtención de fotografías de alto valor artístico, para que esto ocurra antes bien el sujeto poseedor de tal artefacto debe reunir en su persona otras capacidades o competencias y me atrevo a decir, percepciones del mundo que le llevan a crear.
Lo mismo ocurre con el docente quien no sustituye sus deficiencias didácticas, de conocimiento y de planeación con el uso de los recursos que le ofrecen las nuevas tecnologías digitales, antes bien, de nueva cuenta, debe de existir un soporte teórico-metodológico y en cierta medida de compromiso social, político, moral, filosófico.

En ese sentido, creo que puedo asumirme como un agente de la generación de educadores que guarda cierta reserva de las bondades proclamadas, aceptándolas acríticamente, de las nuevas tecnologías, y quedo entrampado en la lógica de la racionalidad del siglo de las luces, de la fría lógica y de la necesidad de contar con una fuerte formación teórica y lógica, ya vendrán otras generacio


[1] Desde la época de Comenio (1592-1670), el aula se estructuró en base al método frontal, esto es, una disposición centrada en el frente, con un punto de atención en la figura adulta y en una tecnología visual como la pizarra, la lámina o la imagen religiosa, que ordenaba los intercambios a la par que establecía una relación asimétrica y radial entre el docente/adulto y los alumnos/niños (17)

miércoles, 1 de junio de 2011

El proceso de Certificación: elementos básicos para su comprensión.

Jorge Luis Gómez Guzmán.
Antecedentes de la certificación profesional.
De acuerdo a Nava Jiménez, la certificación profesional se encuentra vinculada con el Tratado de Libre Comercio suscrito por el gobierno de México en 1993, el cual entró en vigor el primero de enero de 1994. Este autor es contundente al afirmar que “…se trata de un nuevo concepto que deviene del “Tratado de Libre Comercio de América del Norte” (Nava, 2006), debido a que en la legislación mexicana no existe tal noción.
Debido a que el Tratado de Libre Comercio se asienta en lo fundamental en la idea del libre comercio y trasiego de servicios, enmarcado en paradigma de la globalización, por consiguiente se presento coma algo necesario, en el campo de las profesiones, establecer la legalidad y legitimidad de éstas de acuerdo a estándares aceptados cuando menos entre los países involucrados en el acuerdo. De esa manera, el autor citado sostiene
“…Así tenemos que, la certificación profesional tiene el propósito común de otorgar entre los países firmantes del Tratado Internacional, el reconocimiento a la capacidad profesional y técnica, de los individuos que pretenden exportar sus servicios profesionales y/o técnicos.
En este marco, el tema de la acreditación ha adquirido relevancia entre docentes, investigadores y responsables de las decisiones en el campo educativo. La acreditación es un proceso de evaluación de la calidad de programas de estudio, que tiene como objetivo repercutir favorablemente en la mejora del ejercicio profesional, de las instituciones de educación superior y de sus planes y programas. (Torres, 2009)
En este sentido, Nava concluye:
La Certificación es una práctica realizada en el extranjero, que en México no se contempla y por consiguiente es equiparable a la titulación. Empero, como se presenta la necesidad de alcanzar dicha equiparación se plantea que ésta se debe sustentar en “…
criterios objetivos y transparentes, tales como la capacidad y la aptitud para prestar un servicio…”(Nava, 2006).
Se concluye entonces que la Titulación en México es el medio más importante y trascendental establecido por el Estado, realizado solemnemente por las instituciones públicas y particulares, y reconocidas por la sociedad.
Se reconoce que “…La Certificación como propuesta internacional, es el medio para alcanzar el nivel de reciprocidad en capacidad y aptitudes para la prestación de servicios profesionales transfronterizos…”(Idem).  Desde esta perspectiva en donde surge la necesidad de la Certificación y por consiguiente de su legislación.

Desde otra perspectiva, la Dirección General de Profesiones considera que la certificación profesional “…representa un medio idóneo para demostrar a la sociedad quiénes son los profesionistas que han alcanzado la actualización de sus conocimientos y una mayor experiencia en el desempeño de su profesión o especialidad, con el propósito de mejorar su desarrollo profesional, obtener mayor competitividad y ofrecer servicios de alta profesionalización…”
En consecuencia, en ejercicio de esta atribución, la Dirección General de Profesiones ha considerado necesario invitar a las asociaciones y colegios de profesionistas, que califiquen como idóneas, a que realicen la vigilancia del correcto ejercicio de la profesión, y en consecuencia, obtengan de la Secretaría de Educación Pública la calificación de idoneidad de sus procesos de certificación profesional.
Al respecto la ANUIES sostiene que “…La acreditación, en su connotación tanto institucional como individual, implica una búsqueda de reconocimiento social y de prestigio por parte de individuos e instituciones…”, es decir, que la acreditación constituye una constancia de credibilidad. Registra la conformidad de una institución o de un programa, en relación con estándares generales de excelencia. En este sentido “…resulta de un conjunto de parámetros predefinidos, como un requisito de aceptación, y utiliza dispositivos específicos para apreciarla. No busca prioritariamente incidir en la acción, sino establecer una clasificación con base en el grado de adecuación de lo que pretende ser acreditado, con referencia a un conjunto de reglas…” (ANUIES,
Caracterizando la acreditación la Asociación cita  expone lo siguiente:
1.      La acreditación es un procedimiento cuyo objetivo es registrar el grado de conformidad del objeto analizado, con un conjunto de normas convencionalmente definidas y aceptadas por las contrapartes involucradas: el acreditador y el acreditado
2.      la acreditación siempre se realiza ante un organismo especializado y depende, en última instancia, de un juicio externo.

Por otro lado la acreditación se convierte en las actuales condiciones de globalización en un elemento esencial para los distintos actores sociales, al respecto. Jordi Planas establece las siguientes parámetros que legitiman la acreditación:
1.      Para los individuos por tanto la evaluación y la certificación de sus competencias constituye una “carta de presentación” legitimada y comprensible que les debe ayudar a “hacerse valer en lo que valen” tanto en el trabajo como en el acceso a la formación.
2.      Para las empresas sometidas a la rapidez del cambio y una creciente presión por la competitividad, un conocimiento de las potencialidades de los trabajadores, suyos o externos, en términos de competencias es un instrumento fundamental para la gestión de sus recursos humanos ya sea a través de la movilidad interna.
3.      Como han mostrado recientemente los trabajos de la OCDE, los estados actualmente necesitan conocer el capital humano de que disponen las sociedades que administran y gobiernan, más allá de los títulos escolares de los que la población dispone. Necesitan también establecer puentes, transitables en los dos sentidos, entre educación escolar y experiencia de trabajo, entre formación inicial y continua, entre formación de base y especializada.

La acreditación institucional en México de las Instituciones de Educación Superior (IES)
En México, la Secretaría de Educación Pública (SEP) es, de acuerdo con la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal (1976), la autoridad educativa federal encargada de organizar, vigilar y desarrollar en las escuelas oficiales, incorporadas o reconocidas la enseñanza superior y profesional, así como de revalidar estudios y títulos, y conceder autorización para el ejercicio de las capacidades acreditadas. (CENEVAL,2005)

Como se mencionó en líneas arriba, en nuestro país no tiene una legislación nacional que regule las actividades para la evaluación y acreditación de la educación superior. Los instrumentos con que cuenta para este propósito se han ido constituyendo por acuerdos entre las instituciones de educación superior y el gobierno federal, o bien por intereses de grupos de profesionales.

Las acciones que se llevan a cabo en este campo cubren la evaluación de:
·         programas educativos y de instituciones,
·         profesores, alumnos y egresados, así como
·         la acreditación de programas educativos y la certificación profesional (Idem)
De esta manera se crearon y consolidaron organismos privados especializados para la acreditación de programas académicos específicos, lo que llevó al establecimiento del Consejo para la Acreditación de la Educación Superior (COPAES); conformado por 15 organizaciones de diversas disciplinas. El Consejo no acredita directamente a los programas, sino que da su aval a los que son acreditados por los organismos que lo integran:

Asociación para la Acreditación y Certificación de las Ciencias Sociales,
A.C. (ACCECISO)
· Comité Mexicano de Acreditación Agronómica, A.C. (COMEAA)
· Asociación Nacional de Profesionales del Mar, A.C. (ANPROMAR)
· Consejo de Acreditación de la Enseñanza de la Contaduría y la Administración,
A.C. (CACECA)
· Consejo Mexicano para la Acreditación de la Educación Médica, A.C.
(COMAEM)
· Consejo Mexicano de Acreditación y Certificación de la Enfermería, A.C.
(COMACE)
· Consejo Nacional de Educación Odontológica, A.C. (CONAEDO)
· Consejo Nacional de Acreditación en Informática y Computación, A.C.
(CONAIC)
· Consejo de Acreditación de la Enseñanza de la Ingeniería, A.C. (CACEI)
· Consejo Mexicano para la Enseñanza de la Arquitectura, A.C. (COMAEA)
· Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología, A.C.
(CNEIP)
· Consejo Nacional de Educación de la Medicina Veterinaria y Zootecnia,
A.C. (CONEVET)
· Consejo Mexicano para la Acreditación de Programas de Diseño, A.C.
(COMAPROD)
· Consejo Nacional de Enseñanza y del Ejercicio Profesional de las Ciencias
Químicas, A.C. (CONAECQ)
· Consejo Nacional para la Calidad de la Educación Turística, A.C.
(CONAET). (fuente: CENEVAL, 2005)

Situación de certificación de las Instituciones de Educación Superior en Yucatán.
Partiendo de la información presentada por García Domingues (2006) en Yucatán existen 58 IES, repartidas en las principales ciudades del estado, de ellas 20 son públicas y 38 privadas.

A la fecha, ya son varias las instituciones educativas de nivel superior que están contemplando dentro de sus políticas de desarrollo la implementación de procesos de mejora continua orientados a la búsqueda de una certificación. Algunas organizaciones educativas ya cuentan con la asesoría de casas consultoras o bien ya han sido certificadas en la norma ISO 9000.

De la lista de universidades e instituciones públicas de enseñanza superior en el estado, solo la Universidad Tecnológica Regional del Sur (Tekax) y la Universidad Tecnológica Metropolitana (Mérida) han concluido su proceso de certificación. En el caso de la primera su certificación implicó la formación del Técnico Superior Universitario en los procesos académico, de control escolar, colocación y seguimiento de egresados, contable-administrativo, educación continua, prensa, difusión y actividades culturales. En lo que se refiere a la segunda, su alcance gira sobre los servicios educativos a través de los procesos de enseñanza-aprendizaje, incluyendo actividades académicas de control escolar y contable-administrativas, y seguimiento de los técnicos superiores universitarios egresados


Consideraciones finales.
De acuerdo a la ANUIES El papel esencial de la acreditación institucional es establecer "estándares académicos" que garanticen la alta calidad de los servicios del sistema educativo; para lograrlo, la determinación de los estándares deberá considerar las necesidades de desarrollo de conocimientos, habilidades y destrezas requeridas para la formación profesional-integral de los sujetos, con el fin de que éstos puedan ser capaces de satisfacer las exigencias de transformación del contexto.
La conformación de un sistema de acreditación institucional de carácter nacional, debe responder a las exigencias impuestas por las circunstancias de desarrollo del sistema educativo mexicano y, en este contexto, los criterios fundamentales de "acreditación institucional" deberán desprenderse de los lineamientos generales de la política educativa nacional.
Por consiguiente, la acreditación de las instituciones de educación superior en México, deberá establecerse mediante un sistema nacional de acreditación en el que se determinen estándares y niveles de calidad adecuados a la realidad del país y a sus metas de desarrollo en materia de ciencia y tecnología. Esto, sin perjuicio de que las instituciones que quisieran acreditarse ante organismos extranjeros, pudieran proceder libremente.
La acreditación es en la actualidad el proceso mediante el cual se puede mejorar los índices de la calidad educativa en tanto presiona en la formación continua del profesorado, en las adecuaciones y mejoramiento de la currícula, que finalmente incide en el fortalecimiento del proceso de enseñanza aprendizaje. De esa manera, la acreditación incide por ejemplo en el tránsito de universidades tradicionales a universidades de conocimiento, de planes y programas de estudio acordes con las exigencias de la dinámica económica y social contemporánea, y de esa forma fortalecer el perfil de egreso de los estudiantes que cubren los créditos de sus respectivas instituciones. Este puede ser un elemento o palanca de mejoramiento de la educación que posibilitará la superación de las deficiencias y vicios que obstaculizan el pleno desarrollo de la educación superior.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.

ANUIES. Consideraciones generales sobre el proceso de acreditación de las instituciones de educación superior en México.
http://www.anuies.mx/servicios/p_anuies/publicaciones/revsup/res088/txt9.htm

CENEVAL. La certificación de la educación superior en México.
http://www.cneip.org/acredit/ceneval2005.pdf


García Domínguez, Luis Alberto. Certificación de instituciones educativas públicas de nivel superior en el estado de Yucatán.
http://www.eumed.net/jirr/1/AMECIDER2006/PARTE%202/113%20Luis%20Alberto%20Garcia%20Dominguez.pdf (entrada 30 de mayo 2011)

Nava Jiménez, Reinaldo León.  La certificación profesional en México, génesis, desarrollo y prospectiva.

SEP-Certificación Profesional. Invitación  a las asociaciones y colegios de profesionistas que aspiren a obtener el reconocimiento de idoneidad como auxiliares en la vigilancia del ejercicio profesional en la modalidad de certificación profesional.
Torres Solís, Sergio Ignacio. La acreditación como modelo de gestión de la calidad: un análisis de su incorporación como tecnología administrativa. el caso de la facultad de medicina veterinaria y zootecnia de la universidad autónoma de Chiapas.
http://administracion.azc.uam.mx/descargas/revistagye/rv35/rev35art02.pdf


Planas, Jordi. Evaluación y certificación de competencias.
http://www.oei.org.co/iberfop/brasil1.htm

viernes, 27 de mayo de 2011

Las Tendencias en Política Educativa en México y en el mundo.

Jorge L. Gómez
Introducción.
En la actualidad,  pensando sobre todo en México, el sistema educativo se encuentra en un proceso de transformación y rediseño con la finalidad de reinventarla de manera que responda a los retos que impone las tendencias mundiales asociadas a la denominada sociedad del conocimiento. Finalmente, la educación ha cumplido a lo largo de la historia un papel relevante en la construcción del proyecto de nación (en la etapa histórica de construcción del Estado-Nación), estableciéndose de esa manera políticas públicas que configuraron los distintos elementos que componen el sistema educativo.
Es en este sentido Gómez plantea el contenido de la educación en cuanto sostiene que
“… En cada sociedad este conjunto [de saberes, procesos pedagógicos y formas institucionales que constituyen el proceso de enseñanza-aprendizaje] es definido y especificado en función de las prioridades políticas, económicas, culturales, sociales, etc. que prevalezcan. Estas prioridades (en tanto formas de expresión de las relaciones de poder) son las que otorgan legitimidad, validez y deseabilidad a unos saberes sobre otros, y a determinado tipo o nivel de educación y de procesos y prácticas pedagógicas sobre otras opciones posibles (Apple, 1987). Estas prioridades se expresan a lo largo de todo el proceso educativo, definiendo y jerarquizando las diversas opciones curriculares, pedagógicas e institucionales…” (Gómez, 1996, 3)

En la actualidad, asistimos al movimiento de modernización de la educación que evidentemente responde de igual forma a las prioridades políticas, económicas, culturales y sociales prevalecientes; la modernización de la educación no puede darse en el “vacio” o no podemos quedarnos en el consumo superficial o unilateral del discurso humanizante vinculado al paradigma del desarrollo humano, aunque por cierto, tampoco lo excluye, sino que forma parte del mismo sentido que se le atribuye a la educación.

De esa manera, el escrito que se presenta tiene como objetivo articular los planteamientos y reflexiones que cuatro autores (con enfoques ligeramente diferenciados) cuyos artículos abordan temáticas esenciales que  se encuentran en el centro de los debates y preocupaciones, cuando menos en México, por remodelar el sistema educativo mexicano, que presenta serias deficiencias  a decir de los especialistas y en ocasiones expresadas por sus propios actores. Las temáticas se centran en la gestión escolar y sus obstáculos derivados de las relaciones de poder en las que se enmarcan, por otro lado se encuentra la discusión de transformar las Universidades tradicionales (particularmente la que tiene como cometido la formación de formadores) a Universidades de Conocimiento, giro que impactará definitivamente en la formación integral del docente al dejar de ser consumidor de información y convertirse en productor, además de que tal transformación impactaría necesariamente en el diseño de la currícula de manera que esta se torna más dinámica, creativa e sobre todo integral en el momento que busca comprender la realidad de naturaleza compleja (con lo que nos ubicamos en el campo de la epistemología) y por consiguiente alcanza la comprensión que los procesos de conocimiento son interdisciplinarios y transdiciplinarios, tal y como lo plantea Morin.

En este ejercicio de reflexión de la educación, cuando menos en cuatro de los temas que la componen, es conveniente tener un punto de partida, en este caso se hace mediante la revisión del trabajo de Fernández Unguita quien aborda el tema de la dirección de los centros escolares y de las condiciones en las que se debe de realizar, claro con la salvedad que la investigación se realizó en la sociedad española, aunque obviamente, el tema es esencial y no tan difícil de comprender la configuración que adquieren las relaciones establecidas en los centros escolares públicos de México.

1.- Sobre las relaciones entre la Dirección de los centros escolares, el cuerpo docente y las autoridades superiores.
Ubicándonos en la cotidianidad del quehacer educativo y de la adecuada marcha de los procesos enseñanza y de aprendizaje es innegable reconocer que las instancias directivas de los centros escolares cumple un papel fundamental. Pero, para continuar en la comprensión y explicación de los eventos vinculados con el proceso educativo es conveniente ubicar el análisis en el campo de las relaciones de poder en las que necesariamente se inscribe la relación del cuerpo docente, y aún de servicios con la dirección. Estas relaciones son un campo de negociaciones, de tensiones y en ocasiones de enfrentamiento habida cuenta de la configuración particular que adquieren las relaciones mencionadas.

La investigación realizada en la realidad española nos sugiere distintas áreas en las que hay que focalizar el análisis, que se debe ubicar en el campo de la política, en tanto se relaciona con aspectos del poder  concebimos que esta relación social se encuentra presente en los distintos ámbitos de la vida social.

Fernández Unguita considera que los ejes de análisis de las condiciones en las que lleva a cabo la dirección de los centros escolares son.
·         La condiciones de legitimidad en las que ocurre la investidura de los directivos.
·         Los estilos de dirección que utilizan los directivos al interior de los centros escolares.
·         Las condiciones de fuerza que presentan los cuerpos docentes, y se agregaría, el resto del personal de dichos centros.
·         La precepción que el cuerpo docente tiene de los directores.
·         Y finalmente, la presencia de las autoridades superiores y su injerencia en este campo de correlación de fuerzas. ( ver Fernández Enguita, s/f)
En el caso de México, considerando únicamente el nivel educativo de Primaria, los directores son investidos por las autoridades superiores, aunque estos puestos por lo general traen tras de sí la sombra de los favores y relaciones clientelares del Sindicato-autoridad. Por otro lado los docentes, de igual manera cobijados por el sindicato, por lo general han creado verdaderos cotos de poder al interior de los centros escolares a los que se encuentran adscritos, en donde han creado intereses que tienen que ver con el relajamiento de los deberes laborales que repercuten necesariamente con la oferta educativa o la calidad de la educación, y en algunos casos hasta con intereses económicos.
Es en este ambiente en el que se inscribe la actividad de dirección de la autoridad que por lo general tiende a adoptar un estilo de de dirección condescendiente con la intensión de no crearse problemas. De esta manera, el director tiende a subordinarse a los grupos de poder docentes. En este caso, a decir de Fernández, la jerarquía organizativa y autonomía profesional se diluye y se instaura una verdadera dictadura docente que no siempre se encuentra dirigida a la búsqueda de la calidad educativa.

Formación de docentes y las Universidades de conocimiento.
Entre la comunidad educativa es ya cosa de uso cotidiano el sostener e identificar que el sistema educativo (de manera más intensa a partir de la eclosión de la RIEB) se encuentra experimentando profundos cambios una vez que se le vincula con las grandes transformaciones, que en ocasiones toman la forma de meras intuiciones o percepciones más que conocimientos sólidamente fundamentados, que se experimentan a nivel planetario en los distintos campos del quehacer humano. Uno de los primeros logros  que al parecer se han alcanzado es el reconocimiento de que la educación debe de transformarse. Ahora bien, lo que la comunidad docente al parecer no ha identificado ni reconocido es que los cambios en el sistema educativo no únicamente se restringen al campo de los programas sino que de igual forma se relaciona con los procesos de formación docente, aspecto que a su vez se encuentra vinculado  con las universidades formadoras de formadores.
En esta temática se pueden establecer la interrelación de cuando menos tres grandes líneas de reflexión-

Que los docentes deben de transitar de una situación de consumidores de conocimiento a productores de conocimiento, es decir: a investigadores, bajo el entendido que este giro sitúa al docente en el centro de la producción de conocimiento y repercutirá en la formación teórica-metodológica con la correspondiente necesidad de innovar en los procedimientos de enseñanza y aprendizaje.

El que le docente se forme como productor de conocimiento lo acercará a la comprensión de que la realidad es compleja y por consiguiente, identificará que el abordar su conocimiento debe superar la visión fragmentaria en la que se enseña la ciencia, dejará de ver la realidad como un conjunto de parcelas, en ocasiones pensadas como sin relación mutua, y de esa manera se comprenderá que la forma de abordar es desde una perspectiva interdisciplinaria y en ocasiones transdiciplinaria, tal y como lo palntea Gómez (2006)
Es decir, comprenderá que el saber educativo es “…es de carácter eminentemente interdisciplinario, busca la articulación creativa  entre las ciencias sociales, humanas, exactas y naturales…” (Gómez, 2006). De igual forma, bajo la orientación que se comenta el docente reconocerá que el El saber educativo no es de índole especulativa y abstracta, sino directamente relacionado con la acción o intervención sobre las diversas dimensiones del fenómeno educativo en la sociedad.
El autor citado informa que “…El saber educativo [en tanto] es un saber complejo, [y] de carácter interdisciplinario [debe ser] continuamente recreado, re-contextualizado, pues se refiere a múltiples dimensiones, ya sean culturales, sociales, políticas, económicas, filosóficas del “proceso” y “sistema” de socialización…”
En las nuevas condiciones sociales y económicas y atendiendo a una nueva concepción de los avances de la humanidad los fundamentos filosóficos, humanistas y pedagógicos se trastocan y, de acuerdo al Gómez la preguntas curriculares básicas se vuelven a plantear ¿qué enseñar? ¿cómo enseñar? Y ¿a quiénes enseñar?

Las nuevas tendencias en la educación entonces plantea de igual modo la pregunta de con que tipo de docentes se necesita contar para echar a andar estas nuevas orientaciones en la educación; y es en este punto en las instituciones de formación de formadores o si se desea, las universidades de ciencia toman relevancia.
El autor comentado nos informa que “…Esta función  debe definir el perfil académico de los miembros de las facultades de educación, lo que implica la conformación de un nuevo grupo interdisciplinario de investigadores en lugar de docentes tradicionales. Por investigador entenderemos una persona  con formación disciplinaria sólida, perteneciente orgánicamente a una comunidad nacional e internacional, cuya vocación está orientada  hacia nuevos conocimientos sobre su área de especialidad…”

Finalizamos este apartado citando las características de las nuevas acciones educativas que se vislumbran ante la nueva realidad educativa:
La generación de un nuevo esquema de investigación interdisciplinaria en educación y de formación  y cualificación de docentes.

  1. Dado el carácter interdisciplinario del saber educativo, la identificación  de las estrategias y políticas de solución de las principales necesidades educativas dependerá  de la articulación creativa  de diversas áreas del saber, lo que solo es posible en las Universidades de Ciencias.
  2. Cuando la investigación educativa interdisciplinaria logre consolidar un conocimiento significativo de índole conceptual y práctico, sobre determinadas temáticas, en esa medida podrá ofrecer programas alternativos de formación tanto de investigadores como de docentes.
  3.  Estas nuevas ofertas de formación contribuirán al objetivo de ofrecer una educación universitaria de calidad para todos los docentes de todos los niveles y modalidades educativas.

Políticas tecnológicas en un escenario de gestión del conocimiento en educación.
El ensayo de Giovanni Gutiérrez Vargas y de Juan Carlos Orozco Cruz nos advierte de las concepciones limitadas en relación a la presencia de nuevas tecnologías en la educación, las que le atribuyen a estas tecnologías ciertas tendencias instrumentales, relegando o disminuyendo la apreciación más profunda acerca del impacto que dichas tecnologías generan en la  producción de conocimiento en la escuela y como ejes que pueden acabar con el mito según el cual la industrialización a ultranza permite alcanzar bienestar, reducir las desigualdades sociales y hace que las personas sean más felices.

Una de las primeras advertencias que nos propone el autor es que no necesariamente la cultura tecnológica se resuelve a través de la dotación y el acceso a aparatos computacionales y redes o si, por el contrario, se requiere de la comprensión y reflexión sobre la mejor forma de incorporación de tecnologías en las instituciones de la sociedad y, particularmente, meditando en qué medida es posible, a través de aquéllas, suplir las necesidades de la institución escolar.(Gutiérrez, ), es decir, no es la dotación mecánica de tecnologías de información con la que se puede contribuir al mejoramiento de los sistemas educativos, sino antes se debe de contemplar las transformaciones en diversos ámbitos del quehacer educativo.

Y en torno a esta temática se incluye la discusión, en ocasiones densa, de la noción de virtualidad y su relación con los textos digitales y conocimientos presentados en este formato. Por virtualidad se entiende “…en términos de Lévy (1999) como un conjunto problemático, un entramado de tendencias, acontecimientos, fuerzas, objetos o entidades las cuales buscan una forma de resolución, es decir una forma de ser que favorezca los procesos de creación.

A manera de conclusión
Después de hacer el recorrido de los planteamientos de los cuatro autores comentados se puede decir que efectivamente las transformaciones en el sistema educativo de manera que se encuentre en correspondencia con la sociedad del conocimiento es conveniente considerar diversos ámbitos de la misma: por ejemplo, en este caso se pasó revista la condiciones en las que las autoridades directivas realizan su labor administrativa y pedagógicas en el espacio de los centros educativos, la cual se desarrolla en condiciones políticas no muy optimas.
Por otro lado se abordó la cuestión de la transformación y reorientación de las características que el nuevo sistema educativo requiere, así como de las innovaciones que deben ocurrir a nivel curricular y de la misma práctica docente, la que finalmente se encuentra asociado a la introducción y presencia de tecnologías avanzadas en el proceso educativo.
Estamos pues, frente a una profunda revolución en los procesos educativos y ante retos formidables para poder transitar a una educación interdisciplinaria que atienda a una realidad compleja.



Bibliografía comentada.
Gómez Víctor, Manuel. UNIVERSIDADES DE CIENCIAS, INVESTIGACIÓN EDUCATIVA Y FORMACIÓN DE DOCENTES. CONDICIONES ACADÉMICAS PARA LA CONSTRUCCIÓN INTERDISCIPLINARIA DEL SABER EDUCATIVO, Perfiles Educativos, enero-marzo, número 71 Universidad Nacional Autónoma de México, México D. F., 1996


Gutiérrez Vargas, Giovanni / Juan Carlos Orozco Cruz. POLÍTICAS TECNOLÓGICAS EN UN ESCENARIO DE GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO EN EDUCACIÓN, Revista Iberoamericana de Educación, número 045 Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura Madrid, España, pp. 71-88.


 Gimeno Sacristán, J. POLÍTICAS Y PRÁCTICAS CULTURALES EN LAS eSCUELAS: LOS ABISMOS DE LA ETAPA POSTMODERNA. Departamento de Didáctica y Organización Escolar. Universidad de Valencia. 1999.


Mariano Fernández, Enguita. Dirigir, en España, es morir. Resistencias corporativas y estilos de dirección en los centros docentes